En un momento la suerte, que solía estar a tu favor, se puso en tu contra o se esfumó y esto te perjudicó.

Como las propias acciones también pueden influenciar los acontecimientos, no sería raro que la suerte en realidad no haya tenido nada que ver.

En cambio, puede que tú mismo hayas logrado envolverte en esta realidad; pero date cuenta de que ya es tarde para lamentarse por los errores del pasado pero nunca es tarde para corregirlos.

La dificultad que te perturba pudo haberse gestado en tiempos de poca estabilidad.

Lo que sucedía era que el destino estaba influyendo sobre los sucesos de tu vida.

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